El perro de terapia será un elemento facilitador para aumentar la relajación en la sala de espera de la clínica odontológica, a través de juegos y actividades, con el fin de conseguir una mayor distracción y que el paciente entre más relajado a la consulta. Durante el tratamiento, el perro lo acompaña, consiguiendo disminuir el estrés ocasionado por la entrada en un espacio desconocido. En definitiva, el perro de intervención aporta calma a los pacientes que sufren ansiedad en el dentista.