La eficacia de la introducción de un perro como estímulo motivacional en el entrono de una persona mayor, ofrece beneficios a nivel fisiólogico, cognitivo-funcional y socioemocional.
La interactuación con el animal actúa como un factor contra el deterioro, transformándose en un estímulo motivador, potenciador de ejercicio físico y psicomotriz, es un ansiolítico natural, es un animador, así como un bálsamo emocional y en un compañero y confidente.